Han defecado en la piscina, ¿Se puede clausurar una piscina comunitaria?, esta es la causa mas frecuente para clausurar una piscina comunitaria.
En caso de que esto sucediera, se recomienda el siguiente plan de acción:
- Cerrar la piscina y desalojar a los bañistas del agua, no permitiendo entrar a nadie hasta que finalice el protocolo de actuación. El personal de mantenimiento y/o de vigilancia de la piscina deben tener instrucciones claras por parte de la persona competente y con plena potestad para proceder al desalojo y clausurar una piscina comunitaria.
-
Si hay más piscinas con el mismo sistema de recirculación y filtración del agua, deberán desalojarse todas las piscinas. Si los bañistas van a usar otra piscina, hay que asegurarse de que se duchen antes.
-
Retirar todas las heces de forma inmediata con la cesta, una red fina o un cubo y tirarlas a un inodoro o a una bolsa, evitando el goteo. No se deben aspirar las heces con la barredera.
-
Limpiar y desinfectar con lejía todos los utensilios que hayan estado en contacto con las heces.
-
Comprobar y disponer en el agua un nivel de cloro libre residual de 2 ppm a un pH inferior a 7,5 y mantener este nivel durante al menos 30 minutos.
-
Se puede aumentar el nivel de cloro libre residual para disminuir el tiempo de desinfección, pero entonces se deberá neutralizar el nivel de cloro para que se sitúe en el rango permitido por la legislación (0,5 – 2 ppm).
-
Revisar el sistema de recirculación, filtración y desinfección de la piscina, asegurándose de que todo el sistema funciona correctamente durante este tiempo.
-
Tras mantener 30 minutos el nivel referido de cloro libre residual, si todo el proceso ha sido correcto y no se observan otras incidencias, puede permitirse el uso de la piscina, asegurándose que los bañistas se duchen antes de sumergirse. 9. Registrar el incidente, los niveles de cloro y pH, los tiempos de desalojo y todas las acciones que se hayan realizado.
Clausurar una piscina comunitaria
Asomándose el frío en las noches de Madrid, y ya casi olvidada la temporada de piscina, Paquita, la presidenta de la comunidad, ha decidido coger el toro por los cuernos y proponer como punto del Orden del Día de la siguiente junta la clausura definitiva de la piscina. «Su mantenimiento y el sueldo del socorrista hacen inviable tenerla abierta el próximo año para que la disfruten solo unos pocos», justificó.
«¿Pero cómo vamos a cerrar a cal y canto la piscina?», se echaron las manos a la cabeza algunos propietarios. «¡Cuando cada uno compró la vivienda sabía que ya existía!», dijeron otros.
«Las cuentas no cuadran», seguía erre que erre la Paquita. Su cabezonería llegó hasta tal extremo que, genio y figura, decidió, convocar una junta extraordinaria en donde se discutiera únicamente este asunto.
Y como la televisión, el ascensor y la piscina son tres asuntos que no se pueden tocar y mucho menos tratar en una comunidad, pues dado el caso todos los vecinos acudirían a la reunión, y no interesaba, Paquita convocó la junta a las 12:00h, en horario laboral. Con todo, la jugada le salió mal: fueron más las delegaciones de votos que los propietarios presentes.
Gregorio, el administrador de la finca, matizó que el acuerdo al que deben llegar los propietarios es por las tres quintas partes. Mayoría que rige tanto para la supresión como para la creación de una piscina.
La providencia hizo que los allí reunidos, salvo los esperados, no votaran para la supresión de la piscina. Otro año a remojo, pensó Paquita.
Fuente: El mundo
Deja una respuesta